Dichoso tú, que mueres
sin conocer la envidia de los hombres,
el triste odio de ventana a ventana,
el candor de una elipsis siempre fugitiva,
el odio de los espejos tumultuosos.
De esa especie de vigilia, en que desertan
estampas veraniegas, de esa nomenclatura
que hace a los hombres más pobres, menos
humildes, más homicidas; dichoso tú, que
al menos, mueres sin enterarte
de las miradas de recelo, de los detractores
de todo deseo, de los religiosos azotes
de las disciplinas y las rutinas patibularias.
De todo esto, te libraste, alma buena,
pues ¿no viste? Tu propio odio quedó diluido.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 4 de julio de 2020 a las 10:13
- Comentario del autor sobre el poema: Agradezco a todos sus lecturas, un abrazo, éste, es algo triste, lo admito. Un abrazo!!
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Willie Moreno, migreriana, Johanny de Jesus
Comentarios1
Dichoso tú, que mueres
sin conocer la envidia de los hombres...
Muy dichoso será Ben, libre de esa hija del mal...
Abrazo y bendiciones.
Sin duda, muchas gracias Willie, siempre un honor recibir tus comentarios y votos, un abrazo!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.