Mis parpados comenzaron a ocilar
Cada segundo pesan un poco mas
Como olas contra arrecifes no paran de chocar
Y con un lugubre manto me han de acobijar
A punto de desvanecer, nada que desear
Estoy solo con esta compañera soledad,
Sin encontrar un camino que sondear,
No creo que haya algo que buscar.
Oculto entre sueños
buscaba el mar
pero iba perdida
en la oscuridad.
Solo las estrellas
me han de acompañar
y quedo muy sola
con esta soledad.
(Nuria)
Tus ojos jamás me habrán de mirar,
dentro del sueño donde quiero despertar.
Escucho el eterno lamento del mar,
deseando estar en cualquier otro lugar.
Las olas con su vaivén derraman
lágrimas de dolor, y
cabalgo con el viento saciando
mi necesidad de volar.
Pero no sé, dónde voy, ni a dónde
quiero llegar; eso... El tiempo dirá.
(Nuria)
Volando en este mundo surreal,
a negras alas mi vida eh de confiar.
Buscando aquello que siempre
he de desear,
eso que en el mundo real
se me hace imposoble llegar.
Por eso al sueño tiempo le pido,
y el sueño espera condescendiente,
no tiene problema, es un buen amigo.
Sabe muy bien que muero por encontrarte,
Por tomar tu mano y bailar pegado contigo.
- Autores: Maumary (Seudónimo), TM.31, nuria de espinosa, María José
- Se ve: Todos los versos
- Finalizado: 15 de julio de 2020 a las 12:49
- Límite: 6 estrofas
- Invitados: Libre (cualquier usuario puede participar)
- Comentario del autor sobre el poema: Libre albedrio
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 171
- Usuarios favoritos de este poema: Nuria de espinosa, María José Bonilla Barrera
Comentarios1
Era un charco lúgubre
En el que me ví en medio
Y con espanto divisé
Que una muralla floreció
Desde el subsuelo
Retrocedi los pasos
Sin dejar de mirar aturdido
lo que se avecinaba
Salió una horrible mostrocidad
cómo fruto del árbol
árbol compuesto de mármol
Y no tuve salidas
La muralla se llegó a multiplicar
rodeado de estás sombras
fuí atravesado por la espalda
De la muerte hecha hombre
la nefasta y más horrosa
forma de respresentarse
y al escuchar en ese instante
Aullar un lobo enloquecido
me ví desvanecido y cesado
de vida y suspiros.
Desperté y corrí al baño
Cómo corren los ladrones
Pero más apeligrado estuve
Y con miedo tocandome
La cara me miraba en el espejo
‘estoy vivo solo fue un sueño’.
Aquel sueño fue tan lúcido
Que ya desde entonces no quiero
dormir por las nefastas noches.
(Luís Pizarro Morales)
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