No es tu culpa, eso lo sé, pero en verdad soñaba con poder amarte.
Mi costumbre siempre fue buscar culpables, cobardemente culparé al destino.
Diré que la casualidad ha sido quien me robó tu cariño, cuando fui quien se dio por vencido antes de tiempo.
No estabas lejos de la verdad, pues soy renuente a levantarme de las caídas, en mi conciencia sé que me equivoqué contigo.
Señorita de mirada descomunal, sin duda tengo la seguridad de afirmar que tus ojos valían más que un simple llanto.
Pudieron ser días de felicidad, con un amor sin igual, pero aquí tienes al cobarde, culpando al destiempo en el camino.
En otra oportunidad diría que no era el momento, ni lugar, solamente son palabras del cobarde que no tuvo valor para mirarte.
El cobarde he sido yo, me he perdido una oportunidad de oro, pues para todos eres un tesoro.
A pesar del intento fallido me exculparás, ya que conociste la parte buena oculta, en los muros de mi corazón.
Sólo agradezco el placer de ser pasajero en un par de noches en tus sueños, sabrás del conformismo que de mí se apodera.
El cobarde soy yo, pero con la suficiencia para recordarte cada mañana al despertar, así entonces desear para ti la plenitud.
Señorita, no bajes la mirada, pues ambos sabemos que pude hacer más que sólo un poco, tu amor lo valía todo.
- Autor: Fernando? ( Offline)
- Publicado: 5 de julio de 2020 a las 00:19
- Categoría: Amor
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Joselin Guzman, migreriana
Comentarios2
Que profundo, realmente me transportaste a un momento fuerte. Me encantó leerte. Saludos, Joss
Es un placer, saludos y afecto.
A veces somos inconsciente del tesoro que la vida nos pone en frente, y escatimamos en dar todo, por dicho tesoro, que todo se merece...
Mucho sentimiento en tu escrito . Abrazo y bendiciones.
Bendiciones, saludos y afecto. Muchas gracias.
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