Amiga mía

Llegaste a mi vida un día sin ser bienvenida aun cuando era demasiado pequeña para entender de que se trataba. 

Me sorprendiste de la nada y te quedaste un buen tiempo. 

Aprendí a conocerte, pero no sabía como debía tratarte venias abusivamente a mi vida y llegabas con tus amigos. 

La mayoría de las veces llegas con las lágrimas, esas que me abrazan la cara en mis noches oscuras. 

Otras veces llegas con una tristeza que no me deja ni levantarme de la cama.

Puedo decir que casi siempre llegas con cansancio y pereza. 

Pero cuando llegas con esas cargas que hacen que pese el mundo más de lo normal, esas visitas son difíciles de llevar. 

Cuando llegas con todas e invitas a la muerte son las bienvenidas más duras de dar. 

Como raro llegas sin avisar, a veces eres paciente y esperas a que te abra la puerta, pero a veces la abres como si nada o simplemente entras por las ventanas.

Esas noches que empiezan sutiles solo con lágrimas, y se vuelven semanas en donde cada día va llegando uno de tus amigos son extremadamente difíciles 

Llegaste desde la semana pasada mi vida y llegaron todos al tiempo las ganas de no seguir se apoderan mas de mí. 

Eso miedos atados fueron libres, definitivamente eres mala, eres cruel. 

Jamás las había abrazado a juntas tu amiga mía, tu parte de mí, tu depresión absurda, llegaste atada a la muerte esa muerte que hace que no pueda más; que me cansa.

Muerte que me abres la puerta para abrazarte fuerte y nunca soltarte, tu muerte que no piensa en nada y lo vuelve todo tan grande, querida muerte que hace que todo cueste más. 

Tu querida depresión que me dejaste en manos de la muerte. 

Tu muerte que llegaste para quedarte, déjame decirte que te abrazo no se si para siempre, no se si te suelte en una hora.

En un mes o una semana. 

Tu depresión que llegaste con el combo entero déjame las lagrimas para calmar el dolor del alma agonizante. 

Tu depresión déjame la tristeza que me acompaña en mi cama 

Tu depresión déjame la pereza y el cansancio que me hacen amar mi pijama. 

Tu depresión que me haces pelear con mis demonios, me haces llorar, me haces doler el alma, déjame en manos de la muerte hasta que alguna de las dos gane esta guerra por el alma. 

Pero a ti querida muerte déjame decirte que hoy te abrazo no se si para siempre, no se si por un tiempo, te abrazo con mi mundo roto y con heridas inmensas, te abrazo y te abrazare las veces que sea necesario hasta que me convenzas o hasta que te rindas. 

 ®Natha Moreno© Natha Moreno