Sin dueño carga en su lomo,
lágrimas y gritos
de luces (antónimos),
crías de una bestia llamada “justicia”.
Llevando atada a sus alas,
palabras inmunes de miedo
y silencio.
Tú que despiertas
desde el sur hasta el norte,
del este al oeste;
firme irrumpes segura
aun en caída…
Provienes de un habitad
dónde ningún hombre ha estado;
paseas la vista y las garras
aun en el costal de la prisa.
Déjanos ser anfitriones
de hoy tu apremiante visita,
de tus revoloteos,
causantes de cambios en el viento,
y a tu alrededor…
Déjanos contemplarte
sin sangre a tu paso,
y ser de tu gravedad jinetes,
como testigos de tu longeva suerte;
… Y de tu nutrir a cualquier suelo.
Tú que vives posada en ventanas
y puertas de anhelos…
que anidas en espacios anchos
y estrechos…
… Que trazas e impones tu vuelo
en la selva de asfalto,
y en el bosque sin tiempo…
Quiero aferrarme a tu pecho,
a tus extremidades de antaño,
a tus alas cargadas de vegetación
y cascadas,
partes de tu ser, cual no puede
atraparse.
Tú que polinizas en tus “gotas”,
imaginación y sueños,
desde rincones fríos y secos;
en lejanos párrafos, y anexos,
de un libro escrito por la vida…
Ven a mí, ave inquieta,
vuela lejos, vuela alto,
en todo el mundo, en todas partes,
llega a todos, a muchos, veloz y risueña;
a tí, que muchos llaman “libertad”,
tú, que eres derecho y potestad
de todo aquel que existe;
que nunca se apague tu alegría,
ni se apacigüe de polvo tu vuelo…
- Autor: Jasiel Morales ( Offline)
- Publicado: 6 de julio de 2020 a las 22:53
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana
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