tu naciste aquella vez
con el corazón de un hombre
tu naciste nuevamente
con el corazón de una mujer
caminaste dos veces
por el camino oscuro
que nos devuelve al mundo
caminaste por la luz del mundo
extendiendo tus manos
atravesando los cuerpos
sin piedad
hurgando en cada alma
que acompañara tu paso
mientras marcabas en el suelo
un camino
-inalterable-
con los trozos de tu risa
tu cuerpo cansado del milagro diario
abandonó tímidamente
este mundo
y ahora andas
desorbitado y libre
como un planeta errante
algún día
caminando por la espesa niebla
te encontraré
trepado en tu árbol de cerezo
y estarás esperándome
sonriente
ya me habrás
esperado tanto
-allí-
en la fría oscuridad
del universo infinito
que tu sonrisa será
de tamaño sideral
y yo
que habré vivido
con la misión de encontrarte
después de la muerte
vaciaré todas mis lágrimas
y juntos
las veremos marcharse
observaremos sonrientes
aquellos destellos
del dolor congelado
y sonarán por siempre
nuestras risas
en la más pura inmensidad
del silencio eterno.
- Autor: Fernanda Hidalgo Igor (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de julio de 2020 a las 23:39
- Comentario del autor sobre el poema: para mi eterno amigo, Daniel Dejean.
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 66
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