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Estoy distante, como el maniquí de la tienda,
el pobre estaba débil, con sus ojos abiertos,
nunca es bueno sentirse así, en el fondo de todo,
bajo la terrible soledad de los abismos,
como las aves muertas en sus nidos de invierno.
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Todo es absurdo, las flores blancas, los recuerdos,
contar las estrellas de este cielo que no existe,
la mujer vestida de negro enciende una vela,
junta las manos, mira el techo, mueve los labios.
***
Soy el tronco calcinado que flota a la deriva,
una estampa perdida que ya pocos recuerdan,
sigo atascado como la araña en la marea,
las mismas olas, siempre la misma eternidad.
****
Los barcos se arrastran entre las piedras del muro,
las noches se hacen largas, demasiado silencio,
canciones inútiles, vendí todos mis libros,
las gotas caen, una, dos, el vaso se rompe.
*****
Las sobras del diluvio se quedan en la orilla,
todos hablan de sus hadas, magos y sirenas,
besan sus pieles mágicas, se visten de fe,
yo vivo bajo cuatro paredes que se caen.
- Autor: Gerardo Barbera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de julio de 2020 a las 02:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: Johanny de Jesus, Willie Moreno, MARDON, Alberto Navarro.
Comentarios2
Muy profundos tus versos.
Muy bueno!!
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