Sanfermines virtuales

Este año serán virtuales
los sanfermines, ¡qué pena!
no podrán ser nunca iguales,
sin encierros, sin las peñas

amenizando las calles,
sin visitantes apenas,
sin fuegos artificiales
sin conciertos ni verbenas,

sin los sones de la jota
y el irrintzi pastoril,
sin partidos de pelota
en la cancha del Labrit,

sin gigantes, confinados,
los pobres, encerradicos
bajo llave, acompañados
de kilikis y zaldikos.

Se quedan sin sus corridas
de toros los entendidos,
y las peñas, que, aguerridas,
bullían en sus tendidos

y en falta echan los devotos
las procesiones rituales,
y, con tantos platos rotos,
los sanfermines virtuales,

no serán como solían,
y si Hemingway volviera,
al verlo, se escaparía
de Pamplona a la carrera.

Confinados, sin salir,
ya tuvimos los encierros
este año, en marzo y abril,
y a falta de los cencerros,

hubo algunas cacerolas
tañidas por protestones
con banderas españolas
de aguiluchos, con crespones.

Aceptando lo que ahora
por la pandemia, vivir
desgraciadamente toca,
esta vez no hemos de ir

a esta Iruña sin ambiente,
sin el riau riau, sin los toros,
sin pulso, casi sin gente,
sin la cita de los mozos

ante la imagen del santo,
en Santo Domingo aldapa,
para implorarle en su canto
la protección de su capa,

poco antes del chupinazo
del encierro, esa estampida
de mozos, toros, y mansos,
mundialmente conocida.

El bueno de San Fermin
a seguir nos va a ayudar
recortando a la CoVid
por la Estafeta virtual,

de esta pandemia bestial
que derrota cuando embiste;
Navarra, tan especial,
‘siempre p’alante’, resiste

y aunque, en estos sanfermines,
cada día, hacia su fin,
de medianoche a maitines,
se entone el ‘pobre de mi’,

nunca nos han de quitar
la alegría de vivir;
nos pide el cuerpo gritar:
¡Viva y gora San Fermín!

@ Xabier Abando, 07/07/2020