Un perrito con ojos a medio pintar,
en la cómoda de mi abuela.
Un animalito falto de ojos, sin pupilas par;
en la biblioteca de mis acuarelas.
Una doncella de uñas color rojo,
labios rosados y sombrerito de tela.
Una porcelana suave como cereza, al cuello un moño.
Colores en el blanco que todavía ve la nieta.
Otro adorno que atesora,
un imán del viaje a Inglaterra.
En la heladera lo acompaña uno de moras,
sostiene un dibujito de la nena.
Cuánto creciste, si te veo ahora;
despediste el gorrito amarillo, tejido por ella.
Mientras que tú egresabas de la tierra;
me acongoja no haberte dado un diploma.
- Autor: Ellie 😁 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de julio de 2020 a las 18:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Johanny de Jesus
Comentarios1
Lindo poema. Y es cierto el tiempo pasa y de pronto la niña o el niño son hombres o mujeres de la vida.
Saludos poeta.
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