Soy un hombre sin mascarilla El peligro es el virus o microbio Pero para mí no es oprobio Estar en casa sentado en mi silla Vivir en este planeta es una suerte Aunque suframos una pandemia El hambre y la guerra trae la anemia Que causa la inoportuna muerte No hay bosques, ríos ni animales En los desconocidos planetas En ellos no hay enamorados poetas Ni existen enfermedades o males No tenemos bastante con la luna Queremos llegar al fin del universo Obramos como un desaforado poseso Olvidamos la simple y dulce cuna
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 13 de julio de 2020 a las 06:21
- Comentario del autor sobre el poema: El día en que Armstrong pisó la luna, yo estaba en un precioso hotel en un bosque cerca de Coimbra con un grupo de ciudadanos estadounidenses, pero noté que una señora era indiferente a este acontecimiento, cuando le pregunté porqué, me dijo tengo un hijo combatiendo en Vietnam y no sé si está vivo o muerto, por eso viajo, en mi casa me volvería loca.Saludos y feliz semana
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
Comentarios4
El ser humano tiende a eso; a querer más sin medir las consecuencias.
Apapacho querido Argantonio.
Yamila Valenzuela, además de la señora desesperada porque su único estaba combatiendo en Vietnam, también aquella tarde conocí a un arquitecto que durante una época conocida como el Macarthismo o cacería de comunistas en Estados Unidos, este señor fue acusado de rojo sin pruebas de ninguna clase, no fue a prisión pero lo pasó mal. El senador era Mac Arthy no sé si lo escribo mal pero fue un periodo trágico para muchos ciudadanos. Saludos y hasta pronto
La señora tenía un solo hijo, y en su casa lo echaba de menos cuando veía las habitaciones del hijo vacías con sus libros y sus pertenencias, saludos
Yamila Valenzuela, durante el tiempo que viví en Los Ángeles más o menos cinco años, tuve distintos empleos en una ocasión se presentó un joven rubio que había estado en Vietnam, como veterano había que ayudarle a ganarse la vida, yo en esa época trabajaba en admisión de personal en un instituto, cuando le pregunté su nombre, me dijo yo soy Jesús de Nazaret, guapo y con los ojos azules, le pedí la tarjeta de identidad y no lo podía creer , decía Jesús de Nazaret, no creo que pegara muchos tiros en esa absurda guerra. Saludos me alegra saber de ti
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