Sedatofobia.
Qué le queda al mundo,
si se quema en vacío?
A mí, me da miedo el silencio;
necesito eco
necesito ruido
Temo escuchar:
fantasmas, voces y risas
La falta de sonido me enloquece
hace que me coma las uñas
pues me recuerda
la macabra ironía.
En mis oidos...
un repique constante
Ése maldito chillido!
Mientras la vida se me escapa
por los poros...
Me vuelvo pequeñito,
me acomodo en una esquina
y lloro...
No duermo de noche
es cuando mi ciudad se calla
todos menos los sin sueños
todos los rotos, como yo
Duermo de día, afligido
y con las pupilas secas
pues lo hago boca arriba
Tengo la cara ya demacrada
por las hormigas azules
que me comen las tripas
Cuando no escuche nada,
sabré que ya me he ido
que ya me solté
Soñar que estás dormido
viaje de vuelta al principio
Mientras me mojan las últimas notas,
los últimos ecos
justo antes,
de cubrirme el eterno silencio.
- Autor: Pepe Golpe (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de julio de 2020 a las 02:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: María C., Vogelfrei
Comentarios2
Intensidad versada.
Saludos.
muchas gracias Maria, saludos afectuosos de vuelta
Quién no se ha sentido así una, doce o cientos de veces.
Muy buen poema.
Saludos
muchas gracias!! saludos de vuelta.
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