La ciudad te ofrece
lujos vanos, comodidades;
te aumenta la sed de oro
y las vanidades.
La ciudad te brinda
la cultura del cemento,
allí abundan los tesoros,
mas no los sentimientos.
La ciudad construye
edificios y torres,
el progreso acaba
con los corazones nobles;
allí todo se amuralla,
hasta las pasiones
y abundan los canallas
por todos los rincones.
Allí casi todo tiene
el corazón de piedra,
se ven muchos cristales
... ninguna estrella;
verás muchas sonrisas
... pocas sinceras
y una vez que mueras
olvidarán quién eras.
La vida no vale nada
mas sí lo que poseas,
te parten el corazón
sin importar quién seas,
con balas blindadas
o con hojas de acero;
la ciudad es un huracán
con "ojos de hielo".
Que tristeza siento
por esta ciudad,
el odio aumenta
... el amor se va;
¡huyan pronto
quiénes puedan huir!
¡nunca lleguen
quiénes piensen venir!
xE.C.
- Autor: Alberto Diago (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de julio de 2020 a las 03:55
- Comentario del autor sobre el poema: Vale aclarar que esta percepción de ciudad es lo cotidiano, por suerte hay días que son la excepción y... ¡todo cambia! Yo suelo notarlo, a veces, cada cuatro años.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Altira, Willie Moreno, Jorge Horacio Richino
Comentarios1
Muchas veces así la percibo, entre nieblas y espanto, mucho zombie y arrebatos... Pero tenemos que seguir residiendo y resistiendo, hasta que nuestras raíces rompan el concreto.
Me encantaron tus versos y reflexión sobre esa ciudad gótica...
Abrazo y bendiciones querido Alberto.
Amigo Willie: agradezco tu comentario reflexivo a este escrito, tienes toda la razón, debemos seguir de pie aunque la tarea se torne compleja. Me alegra que mis versos sean de tu agrado, un abrazo.
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