NUBE BLANCA
Con los ojos clavados en el vidrio agrietado
pidió a una nube blanca que andaba solitaria
atravesara un cuásar, aquél más obcecado,
y traiga de su viaje la calma refractaria.
Apretando sus labios y el índice montado,
sin despegar la vista, siguió con su plegaria
rogándole a la nube que había dibujado
la imagen de la muerte apenas embrionaria.
Lenta se desplazó con rumbo a la entropía
y allí se disipó con cierta cofradía
envuelta entre unas sombras matando la ilusión.
Ubérrima volvió, y al ver que aparecía
entre una masa oscura, parece lo sabía,
cerró sus ojos claros y entró en la cerrazón.
- Autor: angelcesar ( Offline)
- Publicado: 19 de julio de 2020 a las 14:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Tony Escobar (Jape)
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