El origen de la contaminación mental que desluce
nuestra vida, reside con frecuencia en la costumbre
de juzgar nuestros actos, y los de los demás.Quien
juzga acaba emitiendo un veredicto, al que sigue el
castigo pertinente.Pero en este tipo de dinámicas,
el más castigado es el mismo juez. Este mal hábito,
suele ir acompañado de una dependencia de las
opiniones ajenas, provocando padecimientos que
no aportan ninguna ventaja y si inconvenientes.
Los pensamientos negativos recurrentes van
asociados a un afán de perfeccionismo que
oculta el miedo al fracaso. La solución, es buscar
el éxito y no la perfección No renunciar al derecho
de equivocarse para no perder la capacidad de
aprender cosas nuevas y avanzar en la vida.
Recuerda que detrás de todo perfeccionismo
está el miedo. Si nos enfrentamos al mismo,
nos permitimos ser humanos, convirtiéndonos
en una persona más feliz y productiva.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 24 de julio de 2020 a las 03:47
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Willie Moreno
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