Una oración
me dictas, en silencio,
mi mariposa.
Que Dios ayude,
que rompa las cadenas
y entre la luz.
Que nos permita
volver a ver la vida,
sentir al sol.
Que nos enseñe
a ver, en las personas
a los hermanos.
Que todos juntos
sepamos ayudarnos
mano con mano.
Que queden fuera
los odios y egoísmos
de nuestras almas.
Y que florezcan
de nuevo las sonrisas
y las miradas.
Por eso al cielo
le envío esta plegaria
con gran fervor.
Mira mis alas
(le digo al Dios ausente)
y esta oración.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 24 de julio de 2020 a las 04:28
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, Anaris
Comentarios1
Precioso poema Rafael. Hermoso tu reflexión. Me ha encantado. Abrazos
Gracias Anaris.
Abrazos.
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