Y entonces las bombas no sonaban, pero los niños en las calles dormidas por frío y desnutrición morían, y los espacios vacíos en los hogares quedaban. Entonces la "no guerra" en silencio soplaba el polvo de los hombres y los ponía a dormir eternamente en el seno de un Dios triste. Esta vez no habían armas ni guerrilleros contra don señor regordete Estado, pero si hambruna y un egocentrismo de quien toma primero y sobrevive de ultimo. Esta vez en el fondo de nuestros corazones ardía, y la melancolía nos decía estos si son motivos para llorar en vida. Y los mas vulnerables por los inconscientes caían a esperar la ansiosa hora del juicio en donde las caretas de todos caerían.
Comentarios2
Agradecido poetisa por tus letras, aunque algo apocalípticas, algo siniestras, algo dantescas, algo fuera de lógica, me inspiraron algo a la inversa... “Fin de mundo” es el título de lo que publicaré el día de mañana.
Saludos cordiales.
Valientes y aguerridas palabras mi bella dama en una sociedad sin escrúpulos dominada por gente egoísta el pueblo llora, el pueblo muere.
Felicitaciones su denuncia llega a los corazones.
Con cariño
JAVIER
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