Recuerdo aquella mañana,
recuerdo y no recuerdo aquella mañana,
en la que ésta pasión
se convirtió en una parte de mí.
Sentada sobre mi cama descrubrí
lo que antes siempre había
ante mis ojos,
aguardando, pacientemente, bajo la sombra.
¿Cómo había podido estar tan ciega?
Dejé de preguntarme el cómo,
me pregunté el porqué.
El porqué de haber encontrado mi pasión.
La primera vez que un poema
dejaba de ser un poema.
La primera vez que abría
los ojos, los oídos, mi ser.
Recuerdo aquel día de pureza y de tonos blancos.
La luz filtrándose en la habitación,
cuan milagro cegador,
pero, al fin y al cabo, milagro.
Desde entonces ya no soy la misma.
Por mucho que me aleje,
pues inconscientemente lo hago,
siempre me acompaña, perteneciéndonos la una a la otra.
Desde entonces, la poesía.
Ella fue.
- Autor: Mónica_ ( Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2020 a las 10:53
- Comentario del autor sobre el poema: Los dos primeros versos son prácticamente una copia de un poema que últimamente no logro sacarme de la cabeza. De un poema de Miguel Hernández, perteneciente a su obra "El rayo que no cesa". Espero que os guste.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Lorena Lencinas, Lualpri
Comentarios2
Metafórica simbiosis
Bonito
Saludos
El placer de la poesía
Es el hacer de letras
bellas desde dentro
Como lo haces tú
Un placer leerte amiga
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