Mi pensamiento es barco
cargado de tus recuerdos;
siempre,
navega hacia ti.
Tus palabras
vestidas de sabiduría
calman las aguas turbulentas
de mi existir.
Los gigantes oscuros
con ropajes de odio,
de rencor,
escapaban de la noche eterna
para robar mi paz.
Tú,
me rescatas de la tormenta;
la dicha de vivir
vuelve a mí.
Ahora,
todo retoma su valor,
dejo a un lado el apuro,
reconozco mi fragilidad,
respeto la vida,
soy mejor.
El oleaje de tus sentimientos
viene de todas partes
llenando de calor
el frío de mi sentir.
Mujer,
tu presencia es viento marino
que con suavidad
golpea las velas
de mi verdadero amor.
Las tormentas no son eternas,
son simplemente vientos en contra.
Cierro mis ciclos sin dolor.
Dejo fluir,
envuelto en tu calma,
hacia nuestros mágicos recuerdos,
tu alma y la mía.
Eres,
puente hermoso
que me ayuda a encajar
en este mundo.
Elijo el camino de agradecer
el nuevo sendero
que ha tomado mi vida
para internarme contigo
hacia el bosque de la felicidad.
Eres,
flor escondida
que me devuelves la calma.
- Autor: Walter Rafael Agüero Gomez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2020 a las 12:52
- Comentario del autor sobre el poema: Los recuerdos dolorosos te roban la paz. Mira hacia el pasado para alimentar tu felicidad.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 117
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.