No entiendo, oh Dios mío, por qué juegan con tu nombre,
si tú eres la magnánime fuerza del universo entero,
por qué semejante estupidez realiza a diario el hombre…
si es en altamar sólo un frágil e indefenso velero.
Ansío con todas mis fuerzas que tu luz me alumbre,
para sortear los obstáculos que la sociedad propone,
estando a tu lado alcanzaré la más empinada cumbre,
haré caso omiso a las torturas que el destino impone.
Seré en todo instante un siervo incondicional,
aspiro realizar los designios de tu voluntad,
quiero llegar a ti, al menos, en un viaje adicional,
formando parte de tu celestial facultad.
Es tu presencia en mi existencia el más tierno rocío,
Anhelado por una débil flor en un despiadado verano,
Irradia esa vital energía que colma cualquier vacío,
al disfrutar de la creación y tu aliento muy cercano.
Jaime Muñoz,29 de mayo de 2019
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Autor:
jamunoz (
Offline)
- Publicado: 5 de agosto de 2020 a las 13:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
Comentarios1
Hermosa inspiración. Un gusto venir a leerle.
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