Hecho de palabras voy a tu encuentro,
mi deseo borbotea en una península
en la que yo mismo no alcanzo a sacarlo
para tus ojos que dicen el deseo.
Me invade un suspiro frío y celeste
como el mar aéreo de silencios dilatados,
y me envuelvo en tu beso celeste
y en la gruta de tus pies áureos.
Mis manos intentan decirlo, mis ojos
intentan cantarlo, en locos y vanos intentos
que terminan por ser desesperados.
Me voy de tu encuentro con el deseo
en arrecifes claros, y sus palabras sonando
como el viento en cráneos huecos.
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