Y la infame soledad,
como resurgen los sueños del hastío,
resurgió; y le arrulló el frío
invernal de mi pueblo con amago de bondad.
Mas encontró su hogar verdadero
en mi alma calcinada,
el alma abandonada
que tiene hoy ansias de amor sincero.
¡Oh soledad y hastío,
que habitáis el yermo mío,
soledad importuna y traicionera,
mi alma abreva en la fuente
de un cariño inocente,
y allí, junto al agua, soledad, te espera!
- Autor: A. M. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de agosto de 2020 a las 21:49
- Categoría: Triste
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Yajaira Vargas
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.