Y un amanecer desperté mirando al cielo
dibujando abstractos sobre la palidez del cosmos,
indagando lo que ha de existir
tras el azul cubierto de nubes.
Y hubo torrentes rojos detenidos.
Un llanto lejano y soles eclipsados,
la madera yergue el símbolo santificado
plantado, a un costado del camino.
Voy y vengo, en la partícula de polvo,
viajera en las entrañas del viento antípoda.
Estacionaria en los pétalos de rosa
y en trinitarias,
adornando la inhiesta cruz de palo
donde debió escribir una ilustre mano
—Poliglota—
Iesus Nazarenus Rex Iudaerum
Presa del horror— tiemblo—…me consuelo.
!Quizás por error, abajo puso mi nombre¡.
- Autor: Ludico (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de agosto de 2020 a las 22:33
- Comentario del autor sobre el poema: Ocurrió en diciembre 2012, un paseo por el campo con mis perros, me situó en un desolado y antiguo camino , entre la maleza maltratada por el sol encentré una cruz de palo, con restos descoloridos de lo que alguna vez fue una corona de flores de papel, me estremeció al descubrir el borroso nombre debajo del inri: Domingo Martinez .
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Ellie Woonlon, Solasdelval
Comentarios3
Interesante escrito...
Gusto leerte...
Saludos poeta...
Gracias distinguida poeta por su lectura y generosos comentario, saludos.
Magnífico texto, poeta. Y claro está que esa "ilustre mano" debió ser políglota. Felicidades amigo Domingo.
Abrazo fuerte
Muchas gracias amigo Mucio, siempre un placer saber de ti y saludarte con afecto.
Excelente poema Lúdico, felicitaciones, saludos
Muchas gracias Mo, un saludo cordial y gracias por pasar.
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