Te he encontrado,
mi osito de peluche,
en un rincón.
Estabas triste,
mirando hacia la nada.
como asustado.
Yo, como tú,
me encuentro muy nervioso,
y en un desván.
Se encoge el alma
al verse prisionera,
sin libertad.
Se para el tiempo,
se anulan los relojes,
casi invisibles.
Y el corazón
detiene los latidos
con gran pesar.
Surge la duda,
el gran interrogante,
de si estoy vivo.
Si será un sueño
la vida que me atrapa
y me succiona.
Me lleva lejos,
a un mundo de esperanzas
que nunca alcanzo.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 9 de agosto de 2020 a las 03:33
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Yamila Valenzuela
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