Somos muchos, los que hemos llegado a aceptar la
sensación, de no saber a donde vamos. Porque solo
cuando estamos suspendidos en el aire sin aterrizar,
tenemos fuerza en nuestras alas para desentrañar,
y por desgracia comenzar el vuelo. Y mientras volamos,
todavía no podemos saber hacia donde nos dirigimos.
Pero el milagro está, en el desarrollo de las alas.
No podemos saber adonde vamos, pero sabemos
que siempre que tengamos nuestras alas, el viento
nos llevará.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 10 de agosto de 2020 a las 03:29
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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