El torero
Tarde de sol.
En la plaza de toros
frente a frente
el hombre y el animal
sosteniendo la mirada
se preparan
para la embestida final.
Calculando que iría por la izquierda
el torero esperó,
con la capa baja
pero el toro tenía otro plan:
amagó por la izquierda
y atacó a la derecha.
El golpe fue certero
el cuerno clavó en el costado
y el hombre cayó, sangrando,
herido de muerte.
¡Una vida
a cambio de tantas
tomadas a mansalva!
¡Justicia divina!
- Autor: Merardo Sepulveda ( Offline)
- Publicado: 10 de agosto de 2020 a las 22:09
- Comentario del autor sobre el poema: No comprendo que a algunas personas les gusten las corridas de toros, pero respeto su derecho. Yo uso idéntico derecho para decir que no me gustan, que son una muestra de barbarie y cobardía, pues el torero entra al ruedo con todas las de ganar y el toro, las de perder. No me alegra que muera el torero, pero tampoco me gusta que mueran los toros.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 32
- Usuarios favoritos de este poema: Ellie Woonlon
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