EL ROBLE VIEJO (CHINO MORA)
Yo crecí bajo la sombra del roble bueno,
Y fue mi roble más dichoso que Bécquer, Darío;
Y hasta el mismo Campoamor.
Broto con las aguas tibias de una musa,
De cabellos claros de rígida tristeza.
No hay uno sin el otro,
Porque las historias más bellas vienen en pareja.
Y su tango fue mi tango,
Y sus boleros fueron el diseño,
Un puente de lo pasado y de lo nuevo
Un hecho milagroso de lo que soy, hasta mi encuentro.
El día, en que mi Roble viejo
se quedó en silencio,
La noche clara le llamo al oído,
Y fue su canto una reunión eterna.
Ahora soy testigo de esa flama.
El amor que es puro nunca se apaga.
Y cuando el Roble cuido a quien le dio agua
En sus paseos por las tardes me enseño,
Cuanto hace un hombre, por la mujer que se ama.
No había triangulo, ni perdón,
dos mundos que en el universo se orbitaban.
Y yo tan solo soy, alumno de sus enseñanzas.
Yo crecí bajo la sombra del Roble fuerte,
Con su martillo y su serrucho construí,
mis carros y mis flechas.
Quebré tubos, rompí puertas.
Y luego el Roble me enseño,
A construir castillos y casas
Y tenías para mí; Roble viejo,
Tu ultima enseñanza.
Que es posible llorar,
Con alegrías dentro del alma.
Yo crecí bajo la sombra del Roble tierno,
Miles de aves se abrigaron en sus ramas,
Miles de nidos en el alma,
Bajo su sombra derramo yo mis lagrimas
Para que las raíces que dejo en mí, oh mi Clara…
Tan solo fueran, la mitad de lo que amabas…
- Autor: hellenandres ( Offline)
- Publicado: 15 de agosto de 2020 a las 04:16
- Categoría: Familia
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Escobar
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