Entre el mar y la tierra
existe el confín de arenas como el espacio sideral
Perlas, rubíes, brillantes, diamantes, esmeraldas todas brillan llenas de afán.
¡El Universo se entrega aquí!
¡El Universo se entrega ahora!
Ayudándonos a empezar nuestro momento singular.
Tu y yo sentados aquí, nuestros pies entre la arena,
la oscuridad divulga
las majestades de las sirenas.
Pies entrelazados,
abrazados juntos apreciamos
todo lo que nuestro creador nos ha otorgado.
Estas lumbreras penetran
nuestras pupilas expandiendo lo mucho que nos queda.
La noche corre como liebre de campo pero mi corazón quieto y seguro queda esperando.
Esperando tu rostro.
Apreciando tu vista brillando como
objeto perdido en el mar que admiramos.
Desde el balcón de la humanidad.
Tu y yo buscamos la definición de algo más?.
El amor que compartimos para devorar.
Nuestras mantas se unen para atrapar el calor de la noche
y dejar pasar el viento del mar.
Juntos siempre en plenitud y tranquilos nuestros pensamientos.
Dios es nuestro faro de lo desconocido y lo insólito.
La fuerza de este divino vínculo es infinito
como la arena de nuestros piecitos.
La noche corre un maratón
que no me afecta
porque en cuanto a mi este momento es lo que más importa.
Quedemonos aquí esta noche.
Para hacer el amor en esta maravillosa noche.
- Autor: Rick Robles (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2020 a las 11:52
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Freddy Kalvo, Johanny de Jesus, Victor Ma. De San Lorenzo, María C.
Comentarios1
Mucha verdad versas,
la noche no afecta
si al lado está el ser amado,
que hace que la noche sea maravillosa.
Saludos.
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