Rodando lentamente
como escapularios rotos,
fragmentos de odios bien establecidos,
renuentes, meticulosos e iracundos torsos,
esas frecuencias derruidas por manos sin arterias.
Electricidades muertas en los anversos y dorsos,
en las tinieblas como fósforos inicuos,
se conservan las voces, maternales fluidos.
Evacuando levemente los tronos de antiguos
monarcas. En ese sucinto campo, cuando el combate
era limpio y la necesaria indagación, un pez de cola acuática.
Oh, blasfemo corazón interrumpido, cuyos lejanos
recuerdos
evitan la luz de los vestidos negros.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2020 a las 14:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Rick Robles, Jorge Horacio Richino, Lualpri, Syol *, Anton C. Faya
Comentarios4
Hermoso y profundo escrito.
Ya lo dijo en grande Rubén Darío:
"Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer..."
Un placer leerte.
Muchas gracias Kavi, esos versos son magníficos, un abrazo!!
" Oh, blasfemo corazón interrumpido, cuyos lejanos
recuerdos
evitan la luz de los vestidos negros."
Un cierre genial ...me gustó el poema..
Saludos poeta..
Gracias Syol, un gran abrazo!!
A todos los que puntuaron, muchas gracias!!
muy bien cerrado Ben... Gran abrazo !!!
Gracias, un abrazo Anton!!
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