En la tarde aquella
cometí un pecado,
me acerqué hasta el río
y escuché su canto,
eran melodías,
que dejaban labios,
sin ninguna cara
y con gran cansancio,
lágrimas amargas
y profundos llantos,
ahora reprimidos
con suspiros rancios,
y hasta en los recodos,
donde hubo meandros,
hoy están ausentes
los rincones mágicos...
En la tibia tarde
se me fue la mano,
al buscar la tuya
y sus dedos cálidos,
encontré la fuerza
que animó mi paso,
y encontré la vida
y el sentido horario,
recobré el latido,
hasta el pecho amargo,
de ese verso ausente
que persigo y clamo,
porque el río lleva
un susurro extraño
y el mensaje eterno
que yo busco en vano...
"...En la tarde aquella,
(junto al río sabio),
le abracé en silencio
y te amé despacio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2020 a las 14:49
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 93
- Usuarios favoritos de este poema: Rick Robles, Eli Ramos, Tezla Abastida, Anaris, Yamila Valenzuela
Comentarios2
En la tarde aquella,
(junto al río sabio),
le abracé en silencio
y te amé despacio..."
Hermoso 🥰
Gracias por fijarte en esos versos finales, Tezla.
Un saludo.
Hermoso y sentimental poema, reflexivo y tan rítmico, que he abrazado cada palabra, para no desvanecer. MARAVILLOSO poeta. Un lujo de versos. Un fuerte abrazo
Gracias Anaris, me alegro de que te gustara este poema.
Un abrazo.
Me gustan todos, no podría ser de otra forma, eres magnífico. Un abrazo enorme 🤗
Gracias Anaris.
Abrazos.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.