El niño sonríe. Balbucea unas palabras. Palabras secas, de racimos y uvas; de tierra. Palabras que saben a agua, a arena, a fórmulas secretas que sólo él entiende. Todos le sonríen. Alaban su estatura, aprecian su vigor prematuro, la destreza que demuestra al alcanzar un objeto y manipularlo suave, sutilmente. El niño ríe de nuevo. El sol baja, y él, todavía, toca plantas, parterres, roza la materia de la vida. Muchos le ofrecen sus besos, sus manos, sus brazos, y le acarician con verdadero orgullo: es su criatura. Mas él ya vuela, dejando un rastro sinuoso entre la tierra y el sol. Su nuevo hogar le acaba gustando. ©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 17 de agosto de 2020 a las 14:32
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Jorge Horacio Richino, alicia perez hernandez, Willie Moreno
Comentarios3
Profundo sentir.
Ese niño que se hace grande, pero en el fondo seguirá siendo un niño.....
Un placer leerte
Gracias Kavi, un gran abrazo!
HAGAMOS COMO NIÑOS
PARA PODER COMPRENDER LO QUE SIENTE UN NIÑO
Eso, querida Alicia, un besote y gracias!!
Oto ma. mu dinto. (Otro más muy lindo.)
Oto ma po tavo. (Otro más por favor.)
Etia. ne, ni. (Poesía de mí.)
Nutos taudos. (Muchos saludos.)
Que bello que son los niños.
Su bondad e inocencia que los hace muy tiernos.
Evocadoras y bellas letras.
Saludos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.