Fue la resaca,
llegando hasta mi lado
quien me asustó.
Olas sencillas
viniendo desde lejos
con melodías.
Rumores sordos
con música sublime,
¡cautivadora!
Y allí te vi,
venías con las aguas
del ancho mar.
Vi tu belleza,
con lágrimas saladas
que te cubrían.
Y vi el encanto,
sublime de tu alma
en la mirada.
¡Qué comunión,
del hombre y el poema
en aquel acto!
Yo te miraba,
te hablaba sin palabras,
tú sonreías.
Y mientras tanto,
envuelta en la resaca,
tú te dormías.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/04/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 18 de agosto de 2020 a las 07:51
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Willie Moreno, Yamila Valenzuela
Comentarios2
Gusto leerte poeta...
Saludos...
Gracias Tuyarev
Saludos.
Muy lindos versos...
Abrazo y bendiciones.
Gracias Willie Moreno.
Abrazos.
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