Tiendo a idealizarte cuando no estoy contigo
rescatando los placebos de cuando lo estuve.
Me he convertido en veneno
que no destila ni una gota de amor,
al que se le va pudriendo el alma.
la que por sus mejillas no recorre más que angustias y desesperanzas.
La que nunca ha amado, la que no sabe ni siquiera cómo hacerlo.
Gracias por llegar a recordarme que los demonios también existen.
Que soy uno de ellos, vestida de bondad y pureza.
Mi investidura es propia
pero mi maestro el que sabe más por viejo que por sabio.
Comentarios1
Gracias por tus letras.
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