En la ruta de aquellos almendrados habita esa alma sutil de la existencia sin nombre y sin explicación.
Recorría el camino de la ilusión que su presencia inusual estremecía a las flores más bellas del campo.
Era inexplicable…
esa alma que rondaba sin falsedad y nada más que brindando paz y armonía,
enterneciendo con su luz así como si nada solamente creando fantasías.
Alma refinada y sigilosa siendo confidente de los desamparados…
alma gloriosa y bondadosa, acompañante de los desgarrados.
- Autor: Maria Rosas ( Offline)
- Publicado: 19 de agosto de 2020 a las 01:33
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Fernando?, Lualpri, S Esteban Esquivel
Comentarios1
Gracias por compartir tus letras.
Gracias a ti por siempre leerme.
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