Dejaste de bailar sobre el hueco de mi pecho. Se acabo de algarabía que juntos disfrutamos apasionados; nuestros pasos conectados, nuestras manos terriblemente entrelazadas, nuestros cuerpos en constante arrebato de estar compartiendo este sonambulo instante, de respirar hasta como el otro, dejar de ser dos que se abrazan en esta triste melodia y se convierte en un solo ser que se abraza evitando pisar mal este campo de flores marchitas, intentando no romper mas este jodido sueño de dos.
Y sola, y doliente me acurruque entre las tumbas de nuestro funeal.
Toque nuestro nombre en la lapida y llore una calida agua de miel, muy dulce, muy suave, llena de abejitas muertas que encajaban su ultimo zumbido en el silencio.
Comentarios1
Algo triste pero hay cierta paz en el sentido de dejar atrás lo que no te hace bien.
Boni
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