En la pared
quedaron los dibujos
y las legañas.
¡Bendita infancia,
de rosas y claveles
que allí pasó!
Quedaron sueños,
hermosos e inocentes,,
quedaste tú.
De aquella etapa
me quedo con tus dedos
que dibujaban.
Fueron las gotas
llegando de tus ojos
casi invisibles.
Era tu sangre,
con gotas, refundidas
en aquel lienzo.
Ahora te veo,
recuerdo tantas tardes,
te siento en mí.
Yo soy la tela,
la imagen que, tus dedos,
acariciaban.
Yo soy el alma,
la esencia y el suspiro
que te inspiró.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/04/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 22 de agosto de 2020 a las 08:11
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Johanny de Jesus, Willie Moreno, Alexandra L, Yamila Valenzuela
Comentarios3
Me gustó mucho lo infantil y tierno, yo juego mucho con esto de volver atras, solo nosotros lo logramos, te felicito. Abrazos mil para ti.
Sí, Nelly, es algo bonito esa "vuelta" a la infancia.
Abrazos.
Me ha encantado!
Yo soy el alma,
la esencia y el suspiro
que te inspiró.
Saludos Rafael.
Gracias Johanny de Jesús, me alegro de ello.
Saludos.
Me gusto mucho esa reflexión evoca los momentos de infancia, la mejor de todas.
Gracias William.
Un saludo.
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