Un verde perfume de flores silvestres,
de la hierba y el heno
acompaña a la abeja
mientras flota en el azul del cielo,
dorada abeja zumbas en el aire.
Volando te elevas, juegas con el viento
y te desvaneces en cristalina atmósfera,
buscando tu panal entre verdes árboles.
Ahora regresas a nuestro jardín,
tres obreras te acompañan
con su danza gitana
y sus zigzagueantes ritmos.
Pequeños dardos dorados,
saliendo de su hogar,
para beber el néctar de las rosas blancas,
la sangre azul de violetas, de lirios y gardenias.
Mientras las abejas toman polen de las flores,
hojas del sauce se desprenden,
caen lentamente, giran en el aire,
emergen los recuerdos de la adolescencia,
el sabor a pan de elote de la abuela,
endulzado con miel de sus panales.
Las doradas abejas siguen allí,
en la antigua huerta,
su lenguaje es su danza,
ellas juegan con el tiempo,
el silencio y las flores...
¡Su danza del aire no tiene fin!
- Autor: Miguel Arévalo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de agosto de 2020 a las 00:30
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema forma parte de mi Libro: \\\"Estación de Sueños\\\" (Publicado en el año 2000, por EDITORIAL LA VOZ), Registrado ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor (Gobierno de México). Prohibida la reproducción parcial o total sin permiso por escrito del autor y los Editores.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
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