La casa, emitía voces desconocidas, extrañas, y no había ningún sueño que la habitara. Nadie quería estar mucho tiempo en ella. Pero lo peor; eran los gritos.
Salían desde todas las habitaciones, desde todos los espacios. Se llevaba todos los silencios, y luego, solo quedaba una bestial soledad. Cuando los gritos se calmaban, seguían replicando en mi mente, y si cerraba los ojos...se escuchaban aun más fuertes.
El miedo en aquella casa no siempre era lúgubre, había noches en que las puertas se iluminaban y la luz parecía viajar a un vacío lleno de paz, todo quedaba envuelto en un suspenso inanimado, y se hacía aun más inhabitable. La casa...desaparecía.
Había noches en que los gritos se hundían entre el cielo y el suelo de la casa, debajo mismo de mi cama, y cuando llovía, el agua se llevaba algunos de los gritos hacia el fondo de la tierra. Pero no todos los gritos; se quedaban los más densos y los más desagradables.
Desde mi cama nocturna con ojos de búho observaba los espacios, y el mas mínimo movimiento. Una profunda oscuridad lo escondía todo detrás del tiempo, las horas...ni siquiera se escuchaban. Algunos gritos sucedían de día, pero los escuchaba solo por las noches.
Todavía hay algunos guardados en mi memoria, puedo escucharlos viajando cuando alguien más grita, incluso puedo verlos. Algunos tenían forma de niebla fría, los sé, porque luego, todo se desvanecía, llevándose los pocos recuerdos sanos y además no sentía mi cuerpo. Todo desaparecía; menos los gritos.
Los gritos todavía existen, y por el momento es lo único que recuerdo con claridad. Gritos que no eran míos.
Solo tuve que vivir con ellos antes de aprender a hablar...antes de aprender a caminar.
Ahora mismo puedo recordar algunos de aquellos gritos; vienen desde el silencio del mismo útero.
- Autor: Kinmaya ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2020 a las 16:28
- Comentario del autor sobre el poema: Jamás deberíamos juzgar a nuestro prójimo...nunca sabes lo que ha sufrido. Nunca.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 92
- Usuarios favoritos de este poema: Dulce, Freddy Kalvo, SOY.-, Johanny de Jesus, Yamila Valenzuela, Anton C. Faya, Rosalia sol, María C., alicia perez hernandez
Comentarios9
que hermoso !!! me fue llevando, imaginando cosas, hasta el final... bello
Estimada Rosalia...bienvenida a mis letras. Gracias.
Saludos.
Hay cicatrices ancestrales que se repiten, me gustó como lo transmites Kinmaya,abrazo
Gracias Dulce por compartir.
Abrazo para ti.
Disfruté la lectura
Abrazo
Muchas gracias Soy.
Abrazo para ti.
Fue un gusto leer algo tan profundo, sin duda nadie sabe lo que carga el prójimo. Muchos venimos cargados de gritos desde el vientre.
Saludos Kin..
Así es amigo Johanny, uno es responsable de casi todo lo que le sucede en esta vida...menos del lugar donde te tocó nacer.
Gracias por tu comentario.
Abrazo para ti.
Agradable lectura poeta, un placer volver a leerlo. Un abrazo
Estimado DFV...el placer es todo mío de verte entre mis letras.
Abrazo.
Vaya! Para pensar que podemos recordar lo vivido anteriormente.
Muy bueno.
Apapacho querido Kinmaya.
Estimada Yamila, sabes que hay recuerdos que no deberíamos preguntarnos el por qué...sino para qué.
Pero el corazón manda en en estos reinos.
Abrazo para ti.
Gracias.
Me gusta Kin porque cada presentacion que propones es un desafio a tu pulso litarario, letras al filo que se escapen de las manos... Excelente...
Estimado Anton, supongo que hay vivencias que se pueden descubrir, solo escribiendo desde el alma.
Gracias por estar siempre...
Abrazo de afecto.
Muy intenso y muy verdadero los gritos llegan desde muy adentro, desde el útero materno.
Un saludo cordial
Estimada María...si, lamentablemente para algunas vidas, allí comienzan los gritos.
Un saludo gigante para ti.
HAY UN PASADO DIFÍCIL DE OLVIDAR Y CASI PUEDO JURAR QUE EN TODOS LOS SERES HUMANOS HAY GRITOS DE HAMBRE, DE POBREZA, DE TRISTEZA, GRITOS QUE NADIE PUEDE CALLAR, GRITOS QUE NI EL TIEMPO SOFOCA, GRITOS EN LA INTEMPERIE DE UN NIÑO, GRITOS DE SOLEDAD EN UN ANCIANO. ME DIO ESCALOFRÍOS TU RELATO.... Y ME CONMOVIÓ. ABRAZOS, KIN
Estimada Alicia, sí, como tu bien lo dices, lo que sucede es que en algunos casos es evidente la tragedia. Pero cuando eres un niño, nunca entiendes lo que sucede, hasta que con el pasar de la vida, comienza a correrse lentamente el velo...y comienzas a ver la luz.
Eres todo un ángel...por eso te conmueve el dolor.
Un abrazo gigante para ti.
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