Noche, oh, dulce noche,
mi más famosa confidente.
Muchas veces te he llorado,
pero tú nunca me has consolado.
Si alguna vez logro sonreír de felicidad duradera,
espero que no sea el día en el que muera.
Noche, oh, dulce noche,
mi más famosa confidente.
Muchas veces te he llorado,
pero tú nunca me has consolado.
Si una moneda por cada gota en mi almohada fuera dada,
compraría una personalidad que no pudiera ser odiada.
Noche, oh, dulce noche,
mi más famosa confidente.
Muchas veces te he llorado,
pero tú nunca me has consolado.
Si en mi regazo consigo tener a alguien,
sé que nunca se enterará nadie.
Mis sueños son pesadillas
porque nunca se harán realidad.
Sueño por la noche, tapada con una mantilla,
porque el día está plagado de verdad.
Mis ratos felices duran infinitas millas,
no se miden en segundos ni en edad,
ya que solo se dan cuando corro en sueños escapando de mi eterna soledad.
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