Y entonces así nada más apareció ante mí;
sin buscarlo, sin anhelarlo, sin mirarlo.
Fue tan duro haberlo visto que no había duda
de que fuera mío. Era algo duro, rígido y único.
Yo lo veía sin querer, el me buscaba, me necesitaba.
No sabía que hacer sino verlo de reojo.
Yo no sabía que lo había visto y ahí estaba: buscándome,
anhelándome y sobre todo amándome.
- Autor: Israel Gutierrez ( Offline)
- Publicado: 30 de agosto de 2020 a las 15:45
- Categoría: Triste
- Lecturas: 43
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