Sin preocupaciones, empapados de inocencia,
los niños juegan en el asfalto con frecuencia;
corriendo sin fin y su alegría chorreando,
gritando sin avistar un ápice de cansancio.
¿Quién con décadas encima no quisiera regresar el tiempo?
¡Oh! ¡Cuánta esperanza tengo que al final de mi estadía terrenal
volviera a atravesar el arco de la luz!
Así como fui considerado para existir sin consentimiento,
quisiera que el ser supremo me considerara para vivir una segunda vida.
Correré, jugaré en la infinidad de las calles,
veré el sol caer y los pájaros anidando en las tardes.
Rasparía mis rodillas y seguramente no lloraría
por la emoción de las aventuras de cada día.
Si hay otra vida después de esta, seguramente,
el paraíso sería el vivir la niñez en abundancia,
donde no exista la maldita frustración permanente,
por haber perdido el invaluable tesoro de la infancia.
Luis Adolfo Otero
- Autor: Luis Adolfo Otero ( Offline)
- Publicado: 2 de septiembre de 2020 a las 03:47
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 80
- Usuarios favoritos de este poema: LGLG, Yajaira Vargas, Siryed Avles
Comentarios4
Nunca dejes de ser niño.....
Un saludo Luis.
Hola Jose S.W. le ha gustado?
No es un poema como tal pero me parece un escrito positivo.
Sigue adelante...
Un saludo.
Por que consideras que no es un poema? Como crees que puedo mejorar?
Una cosa es vivir la vida de una forma poética y otra convertirla por el mero hecho de sentirla.
Creo que tienes fondo suficiente como para mimar la forma.
Te seguiré leyendo.
Un saludo Luis.
Diría Rubén Darío “Juventud Divino Tesoro”…
Qué bueno sería poder ser niño otra vez, te quedo muy tu poema te felicito.
Saludos.
Muchas gracias, espero que me sigas leyendo. Saludos.
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