Quiero estar contigo y permanecer despierto a tu lado, susurrando despacio; quiero que llegue mi adoracion a tu oído, y hacerte sonreir.
Quiero permanecer contigo en la primavera y en el invierno,
aunque pase el tiempo, permanecer así.
Añoro el encuentro de mi alma con su creador; sólo en tus brazos estoy seguro, solo en ti hallo paz y descanso oportuno.
Maestro, en la primavera todo florece, y es hermoso. Mas el otoño da paso al invierno, que arrasa con todo. Y alli en medio de la oscura y fria noche, puedo encontrar en tus brazos abrigo y sosiego para mi alma.
Aún no es invierno y me estoy muriendo, pues he dejado atrás todo lo que me trajo paz. Vuelve amado que la primavera ha llegado, trayendo todos esos matices y aromas que perfuman nuestro lecho, dónde cada noche y sin reproche oraba sin sesar. Vuelve o mejor me acerco, sin ti nada soy, nada tengo; solo tu, Amado, eres mi sustento.
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