Su juventud ya pasada
y sus triunfos ya sucedidos,
no permitirán que sus ojos
vean lo que el fuego esconde.
Un mundo ya perdido, como
un buque a la deriva, su alma
rotundamente le observa, cara
a cara. En la mochila, una antigua
baraja, redondeada por las puntas;
sucesos de un lugar lejano, que apuntan
a ninguno en el futuro.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2020 a las 01:54
- Categoría: Triste
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Lualpri
Comentarios1
El tiempo es el culpable por no detenerse!
Se escapa fugaz y de repente... te observas al espejo y no te reconoces.
La vida se te ha ido si saber cuándo y dónde!
Un abrazo y gracias por tus letras.
Y tanto! Gracias Luis, un abrazo, amigo!!
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