Tímida despunta la aurora
perezosa la ciudad despierta,
el puerto se hincha
de máquinas y pueblo
y hambriento el ferry
atracado espera.
Sus gigantescas fauces
abre, en un pispas engulle
hileras de vehículos que rugen,
faros rutilantes
y pasos apresurados.
La marinería suelta amarras,
sosegada la ciudad se aleja
y tras la popa la estela
que al buque no alcanza.
En la butaca de la añoranza
yace mi cuerpo,
medita mi alma
atada a la cumbre iluminada
por sonrisa de mujer,
que acentúa la alborada.
Más que una sonrisa
al instante,
enamora su mirada
que busca presencia,
exige alianzas.
Un amor de distancia,
envuelto en la melancolía
de ausencia y de vacío,
carente de un abrazo
perdido en el tiempo
que impone y obliga.
Se suceden nuestro días
en cada semana separados,
cinco en la espera aguardan,
dos apretados a su fragancia,
muy pocos para cubrir
los agujeros de su ausencia.
17/3/2013
- Autor: vateignoto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de septiembre de 2020 a las 18:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
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