Palabras desesperadas
que te escribo en la mañana
y que leo de repente
si me siento en la ventana
buscando ondas de sueños
que se acumulan ufanas
dentro de mi corazón
que palpita con la fuerza
de momentos de energía
que producen la belleza
de conseguirme temprano
el beso de la tristeza
cuando te digo mi adiós
en el medio de la selva.
Palabras llenas de miedos,
con intrigas palaciegas
que me despiertan de pronto
en el medio de mi casa y
me recuerdan la vida
llena de cosas extrañas
que me pasan cada tanto
aunque no me digan nada
desde el tiempo de vivencias
en los prados moribundos
que esperan disparatados
el beso de primavera
que los despierte del frío
que los mantuvo dormidos
por todo el invierno helado.
Palabras con esperanzas
de esas mañanas soleadas
que trae el cambio de tiempo
cuando la luz te despierta
muy temprano en la mañana
y te dice que la vida
vuelve otra vez a la calma
de días creciendo alegres
cantando alguna canción
con voz atorciopelada
que te acaricia encantada
tus esperanzas dormidas
buscando palabras sueltas
en cada día que pasa.
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