Hubo una vez en la que sorprendentemente cambie de opinión, y es que ese espacio entre la vida y la muerte se llama presente, y en el presente hay opciones.
Yo creía que si elegía lo incorrecto iba a hacer las cosas bien pero el bien estaba en lo correcto y lo correcto no era una forma de elegir.
Cuando empecé a hacer cosas que no debía apareciste tú en las manos de alguien más y fue muy fácil para mí no darme un lugar.
Errantes son las huellas que un amor prohibido va a dejar, por qué el corazón está encendido pero el amor tarde o temprano se va a apagar.
Entonces tú foco se prendió y le dió luz al mio, mientras ambos se encendían las calles se iluminaban y el universo con su estrella daba luz al día, más sin embargo un foco más se extinguia, no nos dábamos cuenta de a quien la luz se perdía.
Habíamos hecho un gran daño, por caer en la tentación de un amor carnal que no iba a dar frutos y no iba a ser duradero, había perdido la memoria y el tiempo, a menos era lo que yo pensaba.
Lo nuestro fue un simple desliz que dos amores torturados decidieron comenzar, todo era rico, todo era ameno hasta el día en que te perdi, fue cuando comenzamos a renegar y a darnos cuenta de lo mal que la pasamos y que todo lo bueno se nos había negado.
¡Basta ya!, El tiempo no es riña, simplemente nos equivocamos y a pesar de los años de seguir encendidos aún nos adoramos pero también nos lamentamos de que tal vez no suceda nunca más.
- Autor: \"La dolida\" (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de septiembre de 2020 a las 01:39
- Categoría: Carta
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Classman
Comentarios1
amores prohibidos, el final es casi siempre igual se desvanecen en el aire pero antes ya dañaron alma y corazones
buena prosa
Ann
Si, así es, pueden durar años pero nunca terminan bien.
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