Sueños atados
quedaron en el tronco
de un viejo roble.
En sus recuerdos
dejamos la inocencia
y juventud.
Besos robados,
caricias primerizas
y una pasión.
Pasado un tiempo
volvimos hasta el bosque
en el otoño.
El viejo roble
mostraba sus heridas
y su tatuaje.
Era un candado,
dos letras en el mismo
y una oración.
Y renacieron
los sueños del pasado
con sus latidos.
Miré tus ojos,
hablamos sin palabras,
besé tus labios.
Pero los sueños,
son sueños simplemente,
¡y tú no estás!
Rafael Sánchez Ortega ©
11/05/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 18 de septiembre de 2020 a las 07:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Johanny de Jesus, Willie Moreno, Anaris
Comentarios3
Que bonito!.. Esperaba un final feliz. Pero esa es la historia.
Saludos fraternos!
Gracias Johanny de Jesús.
Un saludo.
Triste realidad nos golpea al despertar de un mágico y bello sueño.
Lindo escrito. Abrazo y bendiciones.
Gracias Willie Moreno
Un abrazo.
Gracias Willie Moreno
Un abrazo.
Hermosa historia que acompaña este poema. Romántico y mágico. La tinta de tu pluma te corre por las venas. Un abrazo enorme
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.