Muchacha,
tú muchacha
que estás envuelta en pétalos de nomeolvides:
cuéntame un cuento,
o mejor, cántame un sueño.
Prométeme que iremos al último bosque
y que allí reiremos y cantaremos,
y que si llegásemos a conversar
no será de penas y dolores,
y que si llegásemos a llorar
no será con lágrimas frías.
Yo en cambio, te prometo
estar allí jamás un rato,
pero sí un instante infinito,
pero sí una eternidad relámpago.
Vamos y busquemos entre helechos y pinos,
en las madrigueras y entre las raíces,
mientras cae el rocío al alba,
y al compás de las pléyades en el infinito,
busquemos las alegrías refundidas y las ocultas
así las hallemos con disfraces de ciprés.
- Autor: Terre (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de agosto de 2010 a las 02:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 83
Comentarios3
excelente, poeta.. me hangustado tusletras...
yo dejo mi cariñito envuelto en una hojita de
ciprés.
besitos...
jajaja.. gracias linda...
despacito voy leyendo lo que la gente escribe... pero me cuesta mucho... me disculparás pero en eso soy como ingrato!!!
un abrazo.
Las mujeres simpre seran motivos de poemas hermosos y relajantes!!que bien...
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