Divagaciones.-
Acá está emergiendo fría la alborada,
No trae para mí más que pensamientos.
Así dulce, abierta es la oscuridad callada.
Tuve cálidos sueños sin arrepentimientos.
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Miré sombras oscuras como la muerte;
relampagueaban y centellaban los cielos;
creaban los reflejos de una furia ardiente.
Quizás fue el Señor que sintió por ti, celos.
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Cómo responder a un único y solo amor;
sí son tantos los afectos que me asedian.
Separarse del sentir amoroso trae dolor
y, con mentiras, las penas no se remedían.
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Muchas emociones acosan a los sensibles;
es el precio que cobra, con creces, la verdad.
Dicen los enamorados que no hay imposibles;
Quizás al decirlo sienten, por un otro, piedad.
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¿Pero, quién puede definir el amor sin errores?
¿Acaso, eso que llamas amor, es el real amor?
¿Llamarás amor aquello que exalta tus rubores?
¿Confundes acaso, amor con ausencia de dolor?
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¡Persuadida estoy que, son estás elucubraciones,
las que, presurosos poetas, tornan en canciones!
Comentarios2
Hola, un saludo grande, estaba ausente, por motivos personales.Estoy de vuelta con un gran saludo.
Bendiciones.
Que belleza haz escrito.
Me han dejado pensativo estas últimas frases:
¿Acaso, eso que llamas amor, es el real amor?
¿Llamarás amor aquello que exalta tus rubores?
¿Confundes acaso, amor con ausencia de dolor?
Acaso será así...?
Gracias.
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