Que la muerte me encontrará algún día
…..................................
quizá yo mismo la he de buscar
no se, como será
pero espero que tal situación
no sea vana en sí misma.
Puede que sea en un acto valiente
con pose de varón
hasta puede que esté desnudo
tal como soy
pronunciaré, mi nombre completo
afirmando mis pies al suelo.
Dejaré que se acerque lentamente
sin quitar la vista
buscando sus ojos
sin miedo, sonreiré adelantando los brazos
le preguntaré por qué
y sea cualquiera su respuesta
intentaré convencerla
que hay faenas ingratas
….................................
como la mía
abrazarla, enamorado, lentamente
entre risas y tormentos
veré sus carnes renacer
y esos ojos infinitos brillar
hasta llorar mares
implorandome con sus nuevos labios
los besos perdidos, en tantos años.
Y la besaré, bebiendo mares
infinitos de sal
con soles en ocasos rojos
hasta perderme en ella
en sus ojos colmados de estrellas.
Desnudo y con mi nombre completo
me iré con ella, no se a donde
pero la llevaré.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2020 a las 10:03
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: mariapdfoxa
Comentarios2
En el mismo instante del morir ya deja de existir el tiempo, esa pared que nos arrastra como a un surfista la ola.
Un abrazo
Estimado amigo, pienso que el tiempo, es solo una medida de un todo, que ocurre más allá de los instantes.
Para comprender, nuestra astucia ha ideado el tiempo. Son hojas, de instante a instante, que en conjunto formarán ese libro del todo.
Es posible que nada haya ocurrido y que no haya posibilidad alguna, que suceda, más allá del presente.
Hemos logrado dividir al infinito, este presente, en un concepto del tiempo formado a nuestro arbitrio, sin darnos cuenta de este presente, apretado y sin posibilidad de salida.
Por ejemplo, usted puede decir, que estos seguros desvaríos, lo he escrito en el pasado inmediato, mientras usted supone que los lee en el presente, pero está en un error común, ya que lo leerá en el futuro inmediato, desde mi parecer. Pero nos equivocamos los dos, es todo el mismo instante de la explosión primigenia, de la que no hemos podido salir aún.
Un abrazo y prometo no olvidar más, las pastillas rojas en el desayuno.
Esteban
que profundidad !...El poema nos presenta el umbral, luego el maridaje de lo infinito. Se antoja como el punto neutro del espejo ante la imagen real y el reflejo al otro lado..
Disfruté la lectura bajo el cêlebre requiem de todos los tiempos..
Excelente !
Saludos poeta..
Gracias, solo el espíritu sensible, comprende más allá del autor.
Un abrazo.
Esteban
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