Les hundieron el alma desnuda
con el pesado plomo militar.
La sangre que brotó de sus pechos
¡fue como de grana un mar!
Fabricaban azúcar con sus manos
cantaban a la justicia sus bocas
y por más reclamos que hicieron
¡no hubo mejor pan sino moscas!
Mas la sufrida voz del obrero
nunca los tiranos podrán acallar
¿se podrá, acaso, al viento
su paso raudo y firme parar?
- Autor: lapiedraviene (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2020 a las 23:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: jose S.W.
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